En una red social muy lejana, se libra una
batalla encarnizada entre dos bandos por consagrar ante el altar de los
“Trending Topics” su dogma convertido a palabreja precedida del signo #.
Todo empezó cuando las hordas socialistas
lanzaron al ciberespacio la consigna #VANAPORTODO. Hay que destacar que los
progres siempre han manejado mejor los recursos publicitarios, desde los
tiempos en que nos vendieron el producto ZP. Por eso, alarmados ante el
desmantelamiento sin complejos del antes conocido como Estado del Bienestar,
deciden en un golpe de efecto magistral, extender su mensaje vía twitter para
que todos lo sepamos, como si no lo supiéramos.
Por otra parte, el Imperio Popular nunca ha
estado a la vanguardia de la comunicación. Defensores del legado de un pasado
glorioso: la unidad de España, la familia de bien, la misa de los domingos con
zapatos nuevos, el Valle de los Caídos y dejar el esqueleto en el armario por
si al sacarlo levanta su huesudo dedo acusador contra ellos. Todas estas ideas
no casan con hacer campaña en esa tierra de nadie en la que se ha convertido el
ciberespacio.
No obstante, las cosas han cambiado desde que
Rajoy invocara a Twitter en el debate electoral, en lo que se recuerda como una
de las pocas frases que dijo sin incluir una mentira. Así que las huestes
peperas no han tardado en contraatacar apadrinando el hashtag #NOHANDEJADONADA
y contraatacando la ofensiva sociata desde su particular estrella de la muerte.
Lo cierto es que es difícil decidir cual de
los dos da más pena. A los del #vanaportodo, les recordaría que el
desmantelamiento empezó con ellos, cuando decidieron que había que becar a los
bancos por su insustitible colaboración a la hora de empezar el declive de la
civilización occidental. Ahí empezó todo. Pero es que los del #nohandejadonada
deberían mirárselo también. Que no había nada ya lo sabíamos todo. Aún así
quisieron tomar las riendas de este país, sin que nadie les obligara. Así que,
aunque se haya convertido en trending Tepic, no deja de ser una excusa más que
cutre para justificar el más que reiterado incumplimiento de promesas
electorales. Que conste que yo no me siento defraudado, ya que nunca las creí,
pero el españolito de a pie que si votó al PP confiando a ciegas en sus
propuestas salvadoras se merece algo más que un “es que no han dejado nada…”
como respuesta a su perplejidad tras comprobar que lo habían engañado. Las
herencias son así, si ya se sabe que el abuelo sólo dejó deudas en el casino,
mejor no aceptarla. Parece mentira que a todo un señor Registrador de la
Propiedad no se le haya ocurrido aceptar la herencia del anterior gobierno a
beneficio de inventario.
Sea como fuere, esta guerra de hashtags lo
único que puede provocar es que los diputados ya ni se molesten en ir a
discutir al Congreso, sino que lo hagan vía Twitter utilizando hashtags tan
maníqueos como los anteriormente mencionados. No obstante, viendo el lapso de
tiempo transcurrido entre lo sucedido y estás palabras, lo cierto es que este
artículo es un #GOLDESEÑOR.