LA CARA OCULTA DE LA TUNA
Lo que no te enseñaron en la universidad y nadie se atreve a cantar
EL SENTIDO DE TODO ESTO
miércoles, 23 de octubre de 2013
EL DOCTRINAZO
domingo, 6 de mayo de 2012
SABER GANAR, SABER PERDER
lunes, 30 de abril de 2012
HASHTAG WARS
martes, 8 de noviembre de 2011
NOS MUDAMOS
jueves, 3 de noviembre de 2011
APOLOGÍA DE LA EMIGRACIÓN
Pero lo cierto es que cada vez que veo Españoles en el Mundo me viene a la cabeza el mismo pensamiento: lárgate de aquí, nadie es profeta en su tierra. Me asombra la cantidad de compatriotas que subsisten allende la frontera, todos con similar fortuna y una misma frase clonada: “en España no sería posible vivir así”. Da gusto ver como problemas tales como alquileres estratosféricos, hipotecas leoninas o trabajos temporales e infraremunerados parecen ser males endémicos de esta tierra y no parecen afectar a los colones hispanos del “nuevo mundo”. Todavía no he visto a un español en el mundo que sea becario, o mileurista, o que comparta un piso de 45 metros cuadrados con un rumano, un senegalés o un ecuatoriano (los erasmus no cuentan), que tenga dificultades para llegar a fin de mes o que simplemente esté en el paro.
La explicación más plausible es pensar que “haberlo, hailos”, pero que a nadie le interesaría la vida de un español que trabaje de becario para una multinacional en Bangladesh, u otro que lleva seis meses de desempleo mientras sobrevive haciendo chapuzas en economía sumergida en Dinamarca. De esos ya tenemos bastantes aquí. Así que tomándose la pertinente licencia drámatica en pro del espectáculo, sólo aparece esos españoles, hechos a si mismo, que se han forjado un porvenir provechoso a base de trabajo, audacia, esfuerzo y tesón, convirtiéndose en ejemplo, luz y guía para todos aquellos que deambulamos entre las sombras de estos tiempos tenebrosos que nos ha tocado habitar.
Yo sin embargo, prefiero quedarme con la teoría de la conspiración según la cual esto no es más que un canto de sirena orquestado por los poderes fácticos a través del medio oficial de propaganda (TVE) para que los que protestamos simplemente nos vayamos con la música a otra parte. A mi ni me la pegan. Apología de la emigración. Español, lábrate un futuro, pero fuera de aquí, que luego te entrevistaremos para que nos digas que lo único que echas de menos es la familia y el jamón serrano. Eso sí, orgullosos de nuestra selección, ese nuevo referente patriótico y quizás el único ejemplo contemporáneo de personas que si han triunfado en España. Mentira: ellos también han tenido que emigrar a Austria y a Sudáfrica para prosperar.
Añoro aquellos tiempos en los que cayucos y pateras arrivaban nuestras costas con la frecuencia de las líneas aéreas “low-cost”. Aquello emigrantes venían a España porque nuestra televisión provocaba un efecto llamada al vender una imagen de una España burbujeante en lujos, diversión y frivolidades. Pero a la Coca-cola se le fue el gas. Definitivamente, las cosas han cambiado.